GOLPEJAR DE LA TERCIA

 
Golpejar de la Tercia

Datos básicos

Altitud: 1.200 m.
Distancia al Ayuntamiento: 2 Km.
Fiesta: 16 de agosto (San Roque)

Etimología

Se deriva del nombre latino ´Vulpes´ = zorra, y su sufijo abundancial. Es, por tanto, un poblado en cuyo término hay abundancia de raposos. Uno de sus topónimos del monte se llama, precisamente, ´Las raposas´. En la provincia de León existe otro Golpejar, en La Sobarriba.


Historia y legendaria. Actualidad

Golpejar se sitúa en ladera sobre un espolón de barrancos, una vez superada la línea de prados que lo acercan a Villamanín y al Bernesga. Su visión hacia el norte es un paisaje martirizado y bravío, de serrijones ásperos como ´La Congosta´ (estrechez o desfiladero), o la propia ´Peña el Castillo´, en la collada que une con Barrio. Ya dejamos anotada nuestra opinión de que en este lugar se ubicó el medieval Castillo de Arbolio, según indicios toponímicos y documentales que expondremos más ampliamente.

La realidad de este pueblo, genuinamente labrador y ganadero, viene certificada por otra serie de topónimos, que así lo indican: ´La Campa Grande´´Los Corrales´, o ´La Campa Cerrá´. Otros topónimos dan fe de sus industrias comunales, como ´El Molino´´El Calero´´La Mina´ o ´La Fabricona´...

Estos dos últimos vienen a demostrar la enorme ayuda de la toponimia para entender el pasado de los pueblos: Así ´La Fabricona´ fue el nombre popular que se dio al conjunto de edificaciones donde se seleccionaba y trataba el mineral de cobre y cobalto procedente de la Mina Profunda, de Cármenes, que en su explotación moderna, del siglo XX, llegaba a Golpejar a través de una línea de baldes. Estos edificios fueron bombardeados por la ´Legión Cóndor´, de guarnición en la Virgen del Camino, unos días antes que Guernica. Parece ser que se consideraba esta industria minera como estratégica y de vital importancia para la República. Los edificios no volvieron a recuperarse, y sus paredes aún se alzan, como muñones, en una descarnada denuncia de la autodestrucción humana.

Sin espacio para incidir en el valor de los topónimos, sí advertiremos de la preponderancia que tienen aquí voces arcaicas del antiguo leonés, emparentado con el bable en el momento estelar de la creación de las lenguas romances, que utilizó profusamente la consonante ch:


La Chomba: leonesismo= la lomba.
La Cochadiecha: leonesismo= la colladilla, o pequeña collada.
El Canto el Miracho: leonesismo= el mirador.

Golpejar comparte con Barrio (y con Velilla) la parroquia de Nuestra Sra. de la Asunción, radicada en la ermita que se ubica en la collada, frente al promontorio de ´El Castillo´. Son ´entrañables´, aunque a veces resultan enconadas, las fricciones que suelen ocurrir entre las mozas que han de llevar las andas de la Virgen, en la procesión del 15 de agosto. Pero ya las declaraciones al Catastro del Marqués de la Ensenada coinciden en que los tres pueblos comparten esta sola iglesia de Santa María, patrona de los tres.

Como un siglo más tarde (alrededor de 1.854) Golpejar levantó iglesia propia, y la dedicó a San Roque, un día más tarde de la festividad de la Asunción. Tiene Cofradía de difuntos, pero entierran sus muertos en lo alto del paso, (anexo de la ermita) desde donde la extensión del paisaje ofrece la más amplia panorámica de La Tercia, su dédalo de ríos y caminos y montes.

En la etapa medieval Golpejar aportaba un ´Hombre Bueno´ a los doce representantes de la Hermandad de Los Argüellos. Hasta el umbral del siglo XX, fueron célebres sus arrieros, de cuya época conserva buenas casas y corrales. Hubo hasta tres molinos, en el reguero Golpejar y el del ´Cao Río´, en el Bernesga. La escuela que el pueblo levantó en 1.953 está desierta…

Tras tantas pérdidas, hoy Golpejar nos ofrece el aroma de la altura. La soledad dibujada de la sierra hacia el norte, la nostalgia y la hospitalidad de unos pocos vecinos que combaten allí los olvidos del tiempo.