IGLESIAS Y ERMITAS

 
Iglesias y ermitas

Las iglesias del municipio son edificios del arte popular leonés, generalmente levantadas entre los siglos XVIII y XIX. Son casi todas de una sola nave, sin capillas laterales. Pertenecen al llamado ´románico rural leonés´, de fábricas sencillas sobre elementos pobres, con una planta de nave única, cabecera cuadrangular, cubierta por bóveda de cañón, y una ornamentación muy exigua. (Jaime Federico Rollán Ortiz)

Los arcos de las iglesias del municipio son generalmente de medio punto, y algunos ligeramente apuntados. En la iglesia de Poladura, de clara factura románica, se observan ambos tipos.
La simplicidad de las naves lleva, según los expertos, a una influencia del prerrománico asturiano.

Por el contrario, las dos iglesias más impactantes resultan ser del siglo XX: Son las de Rodiezmo (1.928, hecha construir por varios indianos del pueblo, en honor a San Pedro) y Villamanín, (1.950, Regiones Devastadas, en honor a San Juan Degollado), y son de cruz latina.

La Iglesia de Rodiezmo es un sólido edificio de estilo románico popular moderno, en que sorprende su amplitud y elevada cúpula, a más de detalles de estilo, como su elegante púlpito. La de Villamanín se integra en el entorno del pueblo nuevo, levantado en la posguerra, y es una de las más bellas iglesias de toda la montaña central leonesa.

Las Ermitas tienen el valor de su antigüedad, en que respondieron a una religiosidad popular incontestable. Fueron, en muchos casos, el germen de una parroquia posterior, y están construidas según cánones de arquitectura popular leonesa. En todos los casos son de piedra, y además de las existentes queda rastro y noticia de muchas ya desaparecidas. Merecen mención las siguientes:

  • Barrio y Golpejar de la Tercia. (Nuestra Señora de la Asunción). Compartida por los dos pueblos, más el de Velilla, como parroquia. Tiene cementerio propio, solo utilizado por Golpejar, pues Barrio hizo uno nuevo en un bucólico paraje de pradería, bajo el pueblo.
  • Casares de Arbas. (San Roque)
    Un sacerdote la vendió a tres personas particulares, y ahora el pueblo
    desea recuperarla, para reinstalar allí su Museo Etnográfico.
    Por la fiesta del Santo ¡ se acercan en rogativa a la puerta de la Ermita!.