ARBAS DEL PUERTO

 
Arbas del Puerto

Datos básicos

Altitud: 1.360 m.
Distancia al Ayuntamiento: 12 Km.
Situación: A pie de carretera N-630, a la distancia aproximada de un k. del
alto de Pajares.
Fiestas: 8 de septiembre, Natividad de Nuestra Señora. (Se honra a la Virgen de Arbas, con Misa solemne, rogativa y procesión, la oferta tradicional a la Colegiata (que corresponde al pueblo de Cubillas de Arbas) y la entrega de vino y pan a los visitantes, (el ´bollu preñau´), rememorando la costumbre ancestral).

Etimología

Arbas deriva, según coinciden los más informados autores, de su enclave en los ´Montes Erbasos´, que, a su vez, lo tomaría de un general romano de nombre Erbasio. No es descartable el origen a partir del latín ´Arvum´, que significa pastos o campiña…Otras interpretaciones, como la raíz celta o vasca, a partir de la niebla y la escarcha, no pueden considerarse contrastadas.

Historia y legendaria. Actualidad

El poblado de Arbas del Puerto surgió a partir de la edificación medieval de un hospital para atender a los peregrinos que iban a San Salvador de Oviedo, y debían cruzar el temible puerto de los llamados ´Montes Erbasos´, ahora Pajares. La fundación del hospital se atribuye al Conde Fruela, cuñado del Cid. Posteriormente se levantó la iglesia, o Colegiata de Santa María, (quizás sobre la base de un anterior cenobio) a la que el rey Fernando I le hace varias donaciones. Algo más tarde el emperador Alfonso VII establece allí una comunidad de canónigos regulares de San Agustín: Había nacido la Colegiata.

Sus abades ostentaban un enorme poder espiritual y temporal, con extensas propiedades que se alejaban hasta la meseta (Toro) o Asturias (Carreño).

Los pueblos de la jurisdicción de la Abadía eran: Arbas, Casares, Cubillas, Pendilla, Tonín, San Miguel del Río, Vega la Mosa y Viadangos. (De ellos San Miguel del Río pasó al Concejo de Lena, por situarse en la vertiente asturiana del puerto, y Vega la Mosa - sobre Busdongo - está deshabitado).

Los pueblos compraron al Rey Felipe II su jurisdicción, en el año 1.584, separándose del señorío del Abad, y pasaron a ser de realengo, aunque parece que no de forma absoluta, pues el Abad siguió interviniendo en el nombramiento de Regidores y Justicias. Por lo que respecta a las posesiones de la Colegiata en prados, tierras y montes, su propiedad se prolongó hasta la época del ´Nuevo Régimen´, a mediados del siglo XIX, y concretamente hasta la cuarta desamortización; (Madoz, 1.866). En ese momento la Colegiata fue abandonada y los canónigos desaparecieron.

Por su importancia arquitectónica, estudiamos este monumento del románico leonés en el apartado del ´patrimonio histórico-artístico´ del municipio.

De aquellos siglos de esplendor, ha quedado la propia Colegiata y las doce casas de los canónigos regulares, (son seis casas más las cuadras) que - salvo una de ellas - se encuentran abandonadas.

Se conservó también una fresquísima fuente, frente a la iglesia, parada de rigor para miles de conductores de la ruta del Puerto. Allí, en el enclave del ahora cerrado ´Mesón Quico´ estuvo el desaparecido Hospital. No haremos más que mencionar, como de pasada, la legendaria que atribuye a un oso y un toro la ayuda para la construcción de la iglesia, los interrogantes sobre los valiosos fondos documentales acumulados durante siglos, o los proyectos antiguos y actuales, que parecen estrellarse contra una barrera de niebla.

Enclave humilde en cuanto pueblo, posee la grandeza de la historia (último refugio de peregrinos en la ruta del Puerto), del arte, (edificio emblemático del románico leonés), de la ordenación del territorio (propiedades y servidumbres que configuraron la propia situación actual) y de la religiosidad popular.

La ´Asociación de Simpatizantes de la Colegiata de Arbas´, (ASCA), de la que hablamos en otro lugar, trabaja para mantener las antiguas tradiciones, dar lustre al edificio y conseguirle un nuevo futuro.

La ruta del puerto se adelgaza aquí, como los puntíos de agua que dan origen al Bernesga, y los pueblos de ambos lados de la raya regresan el día 8 de septiembre de cada año, para rendir tributo a costumbres centenarias.

Arbas no es un pueblo: Es un acto de fe.